En Otoño

En otoño la noche se agita temprana para dejar caer su manto sobre nuestras cabezas. La magia hace que los árboles pinten de amarillo y marrón sus ramas y las aceras forman una alfombra acolchada de hojas secas que mueren tras el paso del verano.

Hace casi seis años me enamoré por primera vez y es en otoño donde en dos meses me volveré a enamorar del único amor a primera vista que dura toda una vida. No importa que la luz se marche a descansar temprano porque con la caída del día llega el momento en el que la luz se enciende con tu llegada siguiendo el ciclo de la vida.

 

EL GENIO

Chasquear los dedos al aire y creer que al instante llegas para liberarme. Atraviesas mi cuerpo sólido como un puñal y desapareces tras él sin poder atraparte. Corro rápido para poder alcanzar algunas palabras que susurras pero no hay rastro de ti, tan solo algunas letras lentas que ni siquiera puedo salvar. Me pregunto dónde has ido, si vendrás a mí de nuevo o te quedarás en el limbo de las palabras olvidadas, los poemas incompletos o las novelas imposibles.

Quizás has seguido tu camino y otra persona más rápida ha podido escribirte. Me alegraría si así fuera, un poema tiene que vivir en el papel y no morirse en el limbo sin ser escuchado. Si mañana vienes, no te vayas, espera que pueda escribirte. Porque el viento corre más rápido que mis dedos y escucharte es difícil cuando no estás cerca.

El mejor regalo

Un día gris, lluvioso, demasiado frío para ser finales de mayo. Detrás del cristal tan solo se oye el viento y las gotas tropezar. Me pierdo en el sonido de la melancolía, porque nos han enseñado que la lluvia trae tristeza y ahoga el alma. No hay nadie por la calle, tan solo huele a tierra y a lluvia oxidada. Llueve, como cada día desde hace una semana y esa tristeza intenta azotarme en la cara. Algunas veces consigue que duela, otras, roza mi mejilla y yo le pongo la mejor de mis sonrisas.

Un día gris para pintar de colores el cielo, dibujar pájaros y nubes con formas para inventar grandes historias. Y como las personas, el cielo necesita llorar y mostrar su bondad en la noche. Cuando llueve hay que agradecer al sol su existencia y disfrutar de la calma del día. Escribir cartas, cartas que ya nadie escribe y dejar atrás las tecnologías. El olor a papel y tinta es más auténtico que escuchar el ventilador de un ordenador barato. Y mientras vuelvo a un tiempo que ya ha pasado, escucho el Concierto no. 2 de Chopin para piano. Es entonces cuando siento que tengo el más bonito de los regalos y que pronto tendré a un bebé entre mis brazos.

Suave amanecer

 

Bajo la lluvia incesante vago por una ciudad ajena a mis pasos. Camino descalza sintiendo en cada poro de mi piel el frío arcén. La luna mece las estrellas con su manto de estaño duro como mi corazón. No hace mucho el aroma a tostadas y café era lo único que me daba pereza. Ahora no encuentro mis pasos en este suave amanecer de hojas muertas al azar.

 

Recuerdos…

Si cierras los ojos y oyes el cantar del viento podrás sentir la libertad que produce el sonido de la naturaleza. Busca dentro de ti esa felicidad que no se puede explicar con palabras, tan solo se puede expresar con lágrimas en los ojos porque dura un pequeño instante y luego se desvanece. Empieza de nuevo y cuando vuelvas a tener esa felicidad, retén las lágrimas, pero esta vez para siempre. Nunca sabes cuando vas a necesitar tus recuerdos.

 

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Centrifugación

Los siete días de la semana mi mente es una lavadora de color con centrifugado rápido. Creí que con el tiempo el ciclo de lavado terminaría y podría apagar mi mente por tan solo un minuto. En ese minuto dejaría de oír las voces que maltratan a mi alma, dejaría de mantener la guardia y podría burlar al enemigo. Entonces aprendí a sobrevivir de otra manera, una manera de la que nadie me habló. Lo aprendí por mi misma. La vida no es una competición donde hay ganadores o perdedores. Tan solo tengo que seguir respirando mientras sigo centrifugando.

Consecuencias

Cuando haces algo erróneo o mientes a propósito suele tener un porqué lógico. A veces lo hacemos porque sí, para cubrirnos las espaldas o porque no sabemos ser nosotros mismos y decir lo que pensamos. No queremos mostrar lo que somos. Otras veces mentimos para ser esas personas que crees que los demás quieren que seas. Les dices que has hecho algo que esperan y se llenan de orgullo. Aún veo y oigo las voces de mi familia y seres queridos alegres al creer que lo había conseguido. Pero no es cierto, el miedo y la falta de coraje  paralizó la poca confianza que quedaba en mí. Las personas no somos tan reales como creemos. ¿Cuántas veces hemos oído que tu vida pasa ante tus ojos minutos antes de morir? Si es así yo no quiero volver a vivir esos momentos porque tan solo me recuerdan que la vida me puso a prueba y fallé. Esos momentos no me han hecho quien soy, tan solo les he dado vida.

Todos sabemos que de algún modo moriremos. No se sabe cuándo, ni dónde, ni cómo, pero como vivas tu vida marcará ese final. Hay que preguntarse si vives la vida que  quieres vivir. ¿Realmente eres lo mejor que puedes ser? Seguro que podemos hacerlo mejor. Respira, se hace larga la espera a todas las preguntas sin respuestas. Toma las riendas de tus decisiones, el universo se encargará de conspirar contra nosotros.

Al final del día nos quedamos con que las consecuencias de los errores se nos van de las manos y decidas lo que decidas está mal. Solo queremos sobrevivir a la tormenta. Rezamos y esperamos. Nunca imaginamos cómo sería el llegar hasta este punto. No pensamos en que una vez pasa la tormenta quedan escombros que restaurar. Siempre creí que nos educan para manejar cualquier situación. Estaba equivocada. Como la mayoría de las veces me equivoqué. Aunque llevo razón en una cosa: las respuestas llegan con el tiempo y hacia donde vaya la vida hay que navegar con la vela bien segura.

 

Bajo la tiniebla

Desayuno en el balcón bajo la lluvia untando pétalos de rosas en mi tostada. Ahuyento a las palomas despistadas que se acercan a contemplar la escena. Aún me parece cercano aquel rostro orgulloso que se marchó sin despedirse. Me duele, como me duelen los días. Tan solo quiero esconderme tras la vida.
No puedo pedirte que saques el cuchillo de palabras secas que mi alma alberga. No puedo pedirte que vuelvas a terminar lo que empezaste. Es peligroso mirar hacia delante cuando lo único que hay es un cielo negro sin estrellas. Siempre tenemos el recuerdo del sol brillando sobre nuestras cabezas y así la noche eterna se desvanece cuando sentimos que hay más amor del que creemos.
Dame tiempo, ese tiempo que se escapa entre mis dedos.

Silueta perdida

Camino rápido hacia el trabajo. Me detengo durante un instante al mirar un escaparate, no me reconozco en el reflejo. ¿Cuando dejé de ser yo? Siento que me he vuelto loca de remate y soy la única culpable. Estoy cayendo, olvidándome de navegar. Sólo yo puedo salvarme. Abro mi corazón al mundo y mi mente se marea con tanta falsedad. Estoy perdida en el desastre.

¡No! Grito en medio de la calle. Quiero liberarme de la angustia que me asfixia por estar rodeada de nadie. Tengo que luchar. Mi vida no late, el futuro está lleno de rincones oscuros. Tengo que reencontrarme conmigo en un lugar de este callejón vacío. Logro ver mi silueta pero no hay nada más detrás de mi soledad. Es un camino en el que estoy sola. Necesito dar un paso firme y ser de nuevo mi mejor amiga.

 

FAST LANE

“Live life in the fast lane” El nuevo lema publicitario del gimnasio Virgin Active. No tengo muy claro qué conclusión sacar. Podría tener dos versiones: vivir la vida tan rápido que no puedas ni pararte a disfrutar del simple vuelo de un pájaro; o vivir la vida a la velocidad que la sociedad marca con el lema invisible “vive para trabajar”. Es como un pez que se muerde la cola y ninguna de estas versiones me gustan. Aunque he de confesar que al leer la frase pensé: “Qué estoy haciendo con mi vida. Me paso la noche del sábado en el sofá disfrutando de mi pareja mientras veo una película, como palomitas y siento cómo mi trasero se hace más presente, aún así disfruto del momento. Paso el fin de semana descansando de los cinco días que mantengo mi actividad física y mental al cien por cien. Disfruto de momentos tranquilos donde el hacer nada se convierte en el placer de no hacer nada. Escribo, leo, escucho Opera, salgo a pasear y fotografío instantes que quedarán grabados para siempre en un trozo de papel…” Me llevo las manos a la cabeza.
Después viene mi reflexión: Vivo la vida en el carril lento con la tranquilidad de disfrutar las cosas y los momentos únicos. Pero entre semana vivo en el rápido con el estrés al que esta sociedad nos somete. No puedo más que ir con el tiempo ajustado en mi trasero, sí, ese que crece por querer ser feliz.
Estamos condenados a seguir ese absurdo enjambre que nos dice que hay que levantarse a las 6.30 de la mañana para ir al “Virgin active con su gran lema”, trabajar ocho horas diarias sin tiempo para comer y nos hacen creer que eso es bueno porque nos mantiene en los 50 kilos que tendríamos que pesar. Volver a casa tarde, porque has ido a tomar algo con unos amigos, esos que si no vas te llaman aburrida aunque lo único que te apetece después del trabajo es ir a casa a descansar porque en el fin de semana tienes que seguir haciendo deporte, ir a sesiones de belleza para aparentar una adolescente con 30 años o una actriz de Hollywood de plástico, hueso y sin “imperfecciones” porque programas informáticos ya se han encargado de borrarlas. Ah, se me olvidaba, por la noche, ya disfrazada de algo que no eres, hay que salir a pescar algo que no te llena ni la autoestima… Y si no eres así, no entras dentro de la aceptación social. Yo sigo pensando a pesar de ser una víctima social que si no eres lo que esperan, es porque tan solo estás intentando ser alguien auténtico. Y digo intentando porque cuando crees que lo estás consiguiendo, te topas con carteles publicitarios que desmoronan tu filosofía que aún así vence a pesar de verte en el espejo y darte pena por no ser como esas actrices que cuando se miran en su espejo sin tanta fachada ni retoques, ven lo mismo que tú. Y me pregunto, con ese lema, esa frase barata, ¿Cuántas personas se habrán planteado el ir al gimnasio y empezar a ser hombres con pechos? Digo eso porque hoy en día no hay diferencia de sexos, que no se me malinterprete, hablo en cuanto a lo físico, todavía seguimos siendo tan retrógrados que el machismo está a la orden del día.
Lo único que se me ocurre para ser feliz y disfrutar de mi lento carril es salir a correr a estilo libre porque quiero sentir cómo la vida real azota mis pulmones. Lo que realmente tenemos, es una única vida y muchas maneras de vivirlas. Cada cual elige la suya, o al menos intenta buscar su sentido. Para mí no hay mejor deporte que cantar, bailar, sonreír, llorar, alzar la vista y pararme ante la belleza que mis ojos tienen la suerte de captar. Mi mejor deporte, ser feliz y disfrutar de las pequeñas cosas que nos hacen únicos. Mi nuevo lema: “Vive la vida como si no fueras a morir, y cuando sientas que puedes hacer todo lo que quieras, disfruta de lo que realmente merece la pena. Porque el hoy, es único, y el mañana no puedes controlarlo”.