Todos pedimos un deseo una vez al año al soplar las velas. Yo pido más: al ver una estrella fugaz, una mariposa blanca, con una pestaña, al finalizar el año… A veces se cumplen y disfruto de esa felicidad momentánea, otras, espero con la misma ilusión a que esa lista de deseos se cumplan sin dejar de ser deseados. Los deseos y los sueños son todo lo que necesitamos para no desvanecernos cuando la vida nos quita la esperanza dejándonos desnudos ante ella.
Daily Archives: February 19, 2013
El alma de nadie
Nadie nos dice que lo único que no nos pertenece es el alma y que el miedo más feroz es dejar las sombras atrás, apagar las luces y enfrentarse a los fantasmas. Pasamos años creando muros impenetrables sin dejar entrar la luz. Nos quedamos tras ellos sin darnos cuenta de que lo único que hacemos es dejar a los demás fuera y a ti dentro. Nos olvidamos de jugar como si no hubiera mañana, hasta que comprendemos que no se trata de ganar o perder, sino de cómo jugar, y que al final, no es una carrera de ganadores sino de luchadores.
Sería más fácil si hubieran instrucciones para sobrevivir a uno mismo, es algo de lo que nadie parece hablarte y que nos toca aprenderlo solos. Pero a veces es bueno que no sea así porque si lo fuera, no podríamos ser únicos, equivocarnos, tropezar y volver a levantarnos apreciando lo maravilloso que es vivir sin saber que nos espera. No hay que olvidar que algunas cosas tenemos que aprenderlas tras caer una vez tras otra. Y así, en cierto modo crecemos, pero la mayoría de veces seguimos teniendo los mismos problemas de cuando éramos adolescentes, volvemos a lo de antes haciéndonos preguntas constantemente. No importa cómo seamos de fuerte, las heridas dejan cicatrices, nos cambian la vida.
Podemos elegir vivir la vida derribando muros o saltando por encima, aceptando que están ahí y siendo valientes para dejarlos atrás, enterrarlos junto a nuestro orgullo. Ser fuerte no trata de ser duro, si no de asimilarlo, y a veces, tenemos que permitirnos no serlo y ser personas.