A veces, la realidad entra a hurtadillas y te das cuenta de que vivimos en una cárcel de engaños y que lo único que nos queda es seguir esa mentira para no mirar al mundo de cerca. Y es así como funciona la vida, vemos lo que queremos ver y creemos lo que creemos creer aun sabiendo que no es la verdad. Por un tiempo funciona, y nos mentimos a nosotros mismos hasta el punto de que con el paso de los años creemos en esas mentiras, en nuestras mentiras, negando la realidad. Pero no llegamos nunca a conocer la verdad, esa verdad que nunca nos han enseñado. Esa verdad oculta solo en las sombras de los que quieren ver.